“Si tienes vapor de agua en el aire, toda superficie expuesta a este aire tendrá moléculas de agua que se adhieren a ella, incluso a temperaturas bajas y lejanas al punto de congelación”, dijo Aaron Zent, de la NASA, uno de los encargados del instrumento de electroconductividad y temperatura.
En el permafrost terrestre (capa subterránea de hielo) situado en lugares con temperaturas inferiores al cero, esta estrecha capa de agua no congelada puede ser suficientemente gruesa como para soportar vida microbiana. Una de las razones para enviar el instrumento de conductividad a Marte ha sido para ver si el permafrost del suelo marciano tiene una pequeña película de agua no congelada. La sonda mide cómo la electricidad se mueve por el suelo de un lugar a otro (desde una punta a otra) del suelo detectando así capas de agua no congelada de un grosor de hasta una molécula.
“La sonda Phoenix tiene otros instrumentos para encontrar indicios de agua o hielo de agua que se ha derretido en el pasado, como por ejemplo identificando minerales en el suelo y observando partículas del suelo con los microscopios. El instrumento de conductividad es nuestra herramienta principal para detectar partículas que estén presentes en este momento” dice El científico Leslie Tamppary del JPL de la NASA.
Los resultados preliminares de las últimas mediciones realizadas por el instrumento de humedad durante el pasado Miércoles y Jueves, son iguales que los obtenidos en otros puntos del suelo durante los últimos tres meses desde que aterrizamos.
“Todas las medidas son de momento consistentes con un suelo extremadamente seco” dice Zent. “No hay ninguna evidencia de humedad por el momento y esto es bastante extraño”. Otras tres observaciones realizadas por la Phoenix, además de la analogía del permafrost con el terrestre, dan razones directas para esperar encontrar una pequeña película de humedad en el suelo.
Una es el propio instrumento de conductividad de la humedad relativa. Cuando el instrumento está al aire libre, “La humedad cambia de cerca de 0% al 100% durante el ciclo diario de día y noche, lo que sugiere que hay mucha humedad saliendo y entrando del suelo” dice Zent.
Otra evidencia es la confirmación de una capa dura con hielo de agua situada a 5 centímetros bajo la superficie.
También moviendo el suelo marciano con la pala del brazo robótico éste se comportaba y conexionaba como si estuviese húmedo, disminuyendo además esta característica tras unos días de ser expuesta al aire libre. Una posible explicación de estas observaciones hubiese sido la tan buscada película de humedad sobre la superficie.
Huella dejada por el instrumento de conductividad en suelo virgen.
El equipo de científicos de la sonda Phoenix está pensando en variar la estrategia seguida hasta ahora para tomar medidas de la humedad del suelo. Hasta hoy la estrategía consistía en introducir las puntas del instrumento sobre suelo que todavía la pala no ha tocado y por tanto lejana a la capa de hielo subterráneo. Ahora van a usar la pala primero para retirar suelo y así insertar las puntas en lugares más cercanos al hielo.
“Debería haber bastante cantidad de moléculas de agua no helada atrapada en la superficie de las partículas del suelo que se encuentran directamente sobre la capa de hielo” dice Zent. “Tal vez es muy poco como para ser detectado, pero no hemos acabado de buscar todavía.”
El instrumento de electroconductividad, construido por Decagon Devices Inc., Pullman, Wash, está montado en el brazo robótico. Este instrumento es parte del paquete de instrumentos que incluyen el Microscopio, y el instrumento de Electroquímica y conductividad.
Fuente: sondas espaciales
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