Las enormes diferencias topográficas existentes entre los hemisferios de Marte se deben al impacto de un enorme objeto espacial, cometa o asteroide, de unos 2.000 kilómetros de punta a punta, según varias investigaciones que publica esta semana la revista científica británica "Nature".
La "doble cara" de la corteza de Marte, con un hemisferio norte de lisas llanuras y un hemisferio sur de relieve escarpado y grueso, es consecuencia del choque de un cuerpo hace 3.900 millones de años.
Hasta ahora existían dos hipótesis para explicar la dicotomía de la corteza marciana: el choque de un gran asteroide o procesos internos de fundición de materiales.
Sin embargo, el análisis de la cuenca gigante que ocupa el 40 por ciento del planeta, llamada cuenca Borealis, ha permitido a los científicos comprender que se trata de los restos de un gran impacto que se produjo en la etapa de formación del Sistema Solar.
Científicos del Instituto de Tecnología de California, del Instituto de Tecnología de Massachusetts, del Instituto Lunar y Planetario de Houston y de la Universidad de California han contribuido a revelar los misterios de Marte.
La cuenca marciana, de 8.500 kilómetros de ancho y 10.600 de largo, es cuatro veces más extensa que los siguientes impactos de mayor tamaño conocidos: la cuenca de Hellas, también en Marte, y la de South Pole-Aitken, en la Luna.
Como desde el momento del supuesto choque se han ido formando grandes volcanes en el borde de la cuenca que han deformado el terreno y han difuminado sus límites, era necesario disponer de datos de cómo era la superficie marciana antes de las erupciones.
La combinación de los datos de gravedad relativos a la corteza originaria proporcionados por la nave Mars Reconnaissance Orbiter y de los datos sobre la superficie captados por la Mars Global Surveyor ha permitido reconstruir el mapa de las elevaciones del planeta antes de sufrir las erupciones volcánicas.
Esta reconstrucción muestra una cuenca elíptica, y hay signos de un segundo anillo, algo común cuando se produce un gran impacto.
El profesor Jeffrey Andrews-Hanna, del Instituto de Tecnología de Massachusetts, explica que el único mecanismo capaz de producir estas enormes depresiones elípticas en el suelo es un choque.
Los científicos han reconstruido este impacto y aseguran que el objeto que se precipitó sobre la superficie de Marte medía 2.000 kilómetros de diámetro y chocó de forma oblicua, con un ángulo de 45 grados, algo que explicaría la forma oval de la cuenca.
Un pequeño ángulo de impacto habría permitido que la elipse del cráter no se destruyera, a pesar de que parte del terreno cambió debido al choque y los materiales se fundieron.
Andrews-Hanna indica que el Sistema Solar era en sus primeros momentos un "lugar muy peligroso para un planeta", pero reconoce que sin estos impactos los planetas no hubieran sido los mismos que son hoy.
jueves, 26 de junio de 2008
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