La sonda Phoenix ha vuelto a contactar el jueves con la Tierra, más de un día después de permanecer muda, si bien tiene los días contados, indicaron los responsables de la misión.
La disminución de la luz solar y las tormentas de arena de esta semana han reducido el nivel de energía en el aterrizador, obligándole a entrar en ‘modo seguro’. Aunque no respondió a dos intentos para despertarlo con comandos enviados desde la Tierra, al final del jueves envió una señal al orbitador Odyssey cuando pasaba por encima.
Phoenix está programado con un ‘modo Lázaro’ que hace un rearranque automático de sus funciones de supervivencia después de haberse quedado sin energía eléctrica. A duras penas, Phoenix respondió a una última llamada antes de volver a quedarse en estado inactivo durante otras 19 horas para recargar sus baterías.
“Sabíamos que nos daría alguna señal. Es una sensación agridulce”, decía Barry Goldstein, responsable del proyecto, de la ‘Jet Propulsion Laboratory’ de la NASA.
En los últimos días, el tiempo en el sitio de aterrizaje de Phoenix ha empeorado. Las temperaturas nocturnas han bajado a -141º y las temperaturas diurnas llegaron a tan solo -50º, las temperaturas mas bajas en toda la misión. Además, el aterrizador está en medio de una tormenta de arena.
La secuencia de sucesos ocurridos fué la siguiente:
* El martes 28 de octubre (a finales del sol 152), se enviaron órdenes a Phoenix para que desconectase algunos calentadores vitales para ahorrar energía.
* El miércoles 29, Phoenix entró en ‘modo seguro’ debido a los bajos niveles de energía. Se pudo recuperar el aterrizador y sacarlo rápidamente del ‘modo seguro’, ordenándosele que cese actividades y se dedique a recargar sus baterías.
* El jueves 30 dejó de responder a dos llamadas desde la Tierra, hasta que al final envía la señal a Odyssey.
Los controladores de la misión creen que la situación más probable ahora es que la disminución de la luz solar haya obligado a Phoenix a cambiar su funcionamiento a un modo preprogramado de precaución, en el que sólo se activa dos horas al día para escuchar alguna señal de algún orbitador. Si fuera así, el ciclo activo-inactivo habría empezado en un momento desconocido cuando las baterías se agotaron por completo.
El ánimo en la misión parece tener altibajos. La situación de Phoenix es mala, y a veces parece como que la misión haya terminado. Hay algunos mensajes sombríos enviados por el Twitter de Phoenix, tales como “En el caso de que no vuelva a darse la ocasión, agradecemos a todos las preguntas, comentarios y buenos deseos a lo largo de la misión. Ha sido emocionante”. Hay hasta un concurso en ‘WIRED Science’ para componer un epitafio a Phoenix. No obstante, ocasionalmente, aparece una esperanza de que pueda volver a realizar algo de ciencia.
Estado en que dejó Phoenix el panorama denominado “felices para siempre” (‘Happily Ever After Panorama’) en el que estaba trabajando cuando la energía disponible limitaba la capacidad de uso de su brazo robótico y de algunos instrumentos con alto consumo eléctrico, como el TEGA. En el sol 141 Phoenix envió 37 imágenes de las 100 que componen el panorama. Muchas imágenes tienen errores en algunos pocos paquetes de datos (espacios en blanco) debido a errores de comunicación, que no han sido retransmitidos por limitaciones de espacio en las memorias flash de Phoenix. La zona hacia el norte fue la que se programó para fotografiarla en el último momento, cuando las operaciones del brazo robótico fueran suspendidas, y así evitar sacarlo en movimiento. Creóitos: NASA/JPL/UA/Texas A & M.
lunes, 3 de noviembre de 2008
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