jueves, 13 de noviembre de 2008
FIN DE MISIÓN PARA PHOENIX
Mars Phoenix Lander de la NASA ha cesado en sus comunicaciones tras operar durante más de cinco meses en la superficie de Marte. Como se anticipó, el declive estacional en el brillo del Sol en el lugar de aterrizaje del ártico no ha proporcionado la suficiente energía solar a los paneles como para cargar sus baterías y poder funcionar.
Los ingenieros de la misión recibieron la última señal del aterrizador Phoenix el pasado 2 de noviembre y en adición a los días cada vez más cortos, la sonda se encontró un cielo polvoriento, mas nubes y temperaturas más bajas conforme el verano marciano se acercaba al otoño. La misión ha excedido su vida operacional planetada de tres meses para recoger datos científicos.
El equipo de la misión seguirá escuchando cuidadosamente durante las próximas semanas para escuchar si Phoenix revive y llama a casa. Sin embargo los ingenieros creen que esto es improbable debido a que las condiciones siguen empeorando en Marte. Aunque el trabajo de la nave ha finalizado, el análisis de los datos de los instrumentos sólo acaba de comenzar.
"Phoenix nos ha dado algunas sorpresas y estoy seguro de que seguiremos puliendo más gemas de este tesoro de datos durante los próximos años", dice Peter Smith, principal investigador de la misión.
Lanzada el 4 de agosto de 2.007, Phoenix aterrizó el 25 de mayo de 2.008 mucho más al norte que cualquier otra nave anterior que aterrizara en la superficie marciana. El aterrizador excavó, paleó, horneó, olió y saboreó el suelo del Planeta Rojo. Entre los primeros resultados, verificó la presencia de hielo de agua en el subsuelo marciano, el cual fue detectado remotamente por Mars Odyssey en 2.002. Las cámaras de Phoenix retornaron más de 25.000 imágenes, desde panoramas hasta imágenes de nivel atómico.
"Phoenix no sólo logró el tremendo desafío de aterrizar con éxito, sino que cumplió sus investigaciones científicas en 149 de sus 152 días marcianos, como resultado de un dedicado trabajo de un equipo con talento", dice el director del proyecto Barry Goldstein del JPL.
Los resultados científicos preliminares de Phoenix avanzan en el objetivo de estudiar si el ambiente ártico marciano ha sido alguna vez favorable para los microbios. Hallazgos adicionales incluyen la documentación de un suelo ligeramente alcalino, algo que no había sido encontrado en Marte; el hallazgo de pequeñas concentraciones de sales que pueden ser nutrientes para la vida; el descubrimiento de sales de perclorato, lo cual tiene implicaciones para el hielo y las propiedades del suelo; y el hallazgo de carbonato de calcio, un marcador de los efectos del agua líquida.
Los hallazgos además apoyan el objetivo de conocer la historia del agua en Marte. Estos hallazgos incluyen la excavación del suelo sobre la capa de hielo, revelar al menos dos tipos distintos de depósitos de hielo, observar la nieve descendiendo de las nubes, proporcionar unos registros climéticos a lo largo de la misión, con datos de temperatura, presiones, humedad y vientos; la observación de nieblas, nubes, escarchas y remolinos; y la coordinación con la sonda MRO de la NASA para realizar observaciones simultaneas del tiempo desde el suelo y la órbita.
"Phoenix ha proporcionado un paso importante para incentivar la esperanza de que podamos mostrar un Marte que fue una vez habitable y que posiblemente pudo sostener la vida", dice Doug McCuistion, director del Programa de Exploración de Marte de la NASA. "Phoenix ha sido apoyado por los orbitadores de la NASA que han servido de repetidor de comunicaciones mientras producían su propia y fascinante ciencia. Con el próximo lanzamiento del Mars Science Laboratory, el Programa de Marte nunca duerme".
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